Rick y Morty y el existencialismo científico

miércoles, 19 de septiembre de 2018






Rick y Morty y el existencialismo científico.



Los dibujos animados para adultos están empezando a suponer un fenómeno extendido en nuestra cultura audiovisual. El innovador paso dado por Matt Groening en míticas series como Los Simpsons o Futurama fue seguido por el recrudecimiento de las temáticas y guiones producido a partir de Padre de Familia, y en la actualidad supone una fórmula de entretenimiento generalizada para individuos que han superado la mayoría de edad. No obstante, la relativamente reciente irrupción de Rick y Morty, que cuenta con tres temporadas completas en su haber, merece un comentario extenso.
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A priori se nos presenta como una serie de entretenimiento basada en los cánones de este tipo de contenido gráfico para adultos. En un primer momento, con la visualización del primer capítulo, podemos intuir que la serie va a aportarnos un sentido del humor cínico y liberado, lo que nos deja en un estado de inmunidad frente a las preocupaciones morales que puedan derivarse de los sucesos que acontecen. Sin embargo, todo ello va a cambiar radicalmente conforme avancemos de la mano de Rick y Morty por los diversos episodios, que constituyen una línea argumental continua, y por tanto afectan al desarrollo de la trama y los personajes.
En un primer momento vemos en Rick a un científico brillante, un genio capaz de trasladarse entre dimensiones y utilizar sus innumerables conocimientos para hacer lo que le plazca. Pronto entenderemos – ya que el mismo Rick nos lo expone continuamente – que su verdadero objetivo vital es alcanzar el mayor número posible de experiencias y placeres, no buscando mayor reconocimiento por sus genialidades que el que él mismo pueda profesarse. Así pues, es consciente de sus habilidades y su poder, utilizándolos a su antojo para procurarse una vida plena, sin tener en cuenta ningún tipo de consideración moral.
Esta situación puede hacernos sentir incómodos, al remover la caja de nuestros valores y ponerlos al descubierto, planteando la posible inutilidad de los mismos y golpeándonos en la cara con la acientificidad de nuestra conducta. Esto queda claramente demostrado en Morty, un adolescente que intenta adaptarse al mundo, y al mismo tiempo una nulidad intelectual al que su abuelo Rick muestra continuamente las debilidades de su sistema de moral y creencias.
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Así pues, la postura filosófica de Rick resulta de la combinación de un cientifismo radical y un existencialismo que se deriva inevitablemente del mismo. La comprensión de los entresijos que mueven el universo otorga a Rick la capacidad de alterar el espacio-tiempo, y con ello la supuesta realidad lineal en la que creemos desarrollarnos. Esto se plasma en una lección muy contundente: el sinsentido que supone un sistema férreo de valores basados en el afecto hacia nuestros semejantes. Es una lección ardua para un público poco acostumbrado a tales desafíos, y es por ello que un amplio espectro de seguidores deciden centrarse en aspectos como su humor ácido y brillante, el impresionante despliegue de creatividad que se lleva a cabo en cada episodio o los increíbles giros que se dan al curso de los acontecimientos.
Pese a ello quisiera ahondar en la reflexión que la serie nos presenta de una forma continua y persistente: la efimereidad de la existencia y el debate en torno a su finalidad. La muerte es un elemento constante en Rick y Morty, resultando a menudo cruenta e inesperada, y siendo asumida – y dispensada, en muchos casos – por todos sus personajes. Se toma como un elemento natural e irrelevante, que acaece sin influir definitoriamente en el Universo, y por tanto no debe considerarse en su dimensión moral, sino en la pura y llana dimensión física; es decir, en el hecho concreto de que se produzca la muerte y en las consecuencias inmediatas para los protagonistas.

En lo que respecta a la finalidad de la existencia, Rick y Morty nos responde con una sonora carcajada. El mero hecho de plantear tal finalidad, desde la perspectiva filosófica o moral, resulta una muestra de estulticia. Lo único verdaderamente certero en el hecho de existir es la existencia en sí misma, regulada por una realidad física que condiciona irreversiblemente al Universo, y por tanto una existencia en ningún modo diferente de la que gozan los asteroides o las cucarachas. Visto desde esta perspectiva eminentemente científica, la existencia de vida no sería nada extraordinario, y las preocupaciones morales derivadas de nuestra actitud hacia tan ínfima parte del Cosmos resultarían estúpidas.
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En este contexto resulta sencillo comprender el modo de vida que lleva Rick y su para nada aparente sensación de que todo le resulta indiferente. El Carpe Díem persistente que manifiesta su personaje está apoyado sobre su conocimiento del Universo, y por tanto nace de una premisa totalmente científica que se vuelve, de este modo, incuestionable. Todo esto convierte a esta serie en un alegato incómodo y subversivo en favor de una nueva visión del mundo que amplíe nuestros horizontes y nos permita reflexionar sobre los lugares comunes que todos encontramos en nuestra conciencia.

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La educación sensible y la Internet.

domingo, 12 de agosto de 2018



Si tú no educas desde tu propia sensibilidad, si no afinas cada día, a cada instante, todos tus instrumentos sensibles, que son las verdaderas herramientas del arte y de la poesía, jamás las ideas ni los conceptos de los eunucos que nada comprenden con el corazón, y por eso teorizan a troche y moche, porque no se sienten ni siquiera a sí mismos, ni a sí otros, y se prostituyen al mundo y sus intercambios mercantiles, convirtiendo el arte y a los artistas, así como a sus propios educandos, en viles mercancías para su tráfico estético y sin ética.
Si tú no formas y desarmas las formas de tu propia formación, si tú no amas a quienes supuestamente estás enseñando con un amor riguroso y exigente, que conoce la tradición de la ruptura y la ruptura de la tradición, y la enseña con honestidad, sin excluir con perverso maquiavelismo el quehacer de los clásicos, enseñándoles, con evidente mala leche a tus alumnos, futura competencia en el mercado capitalista, que la rima ya no se usa, que el dibujo clásico pasó de moda, cuando todo el que ha trajinado con el arte y la poesía sabe que son reinos donde nada se excluye, donde todo se incluye.
Si tú no das la vida y entregas todas las energías vitales, y el alma misma, por educarte y educar a otros en la sensible percepción de las cosas y los seres, entonces no eres más que otro impostor en la cultura de la simulación y el engaño, un cómplice dos veces culpable por cuanto estás más informado que la mayoría de todas las atrocidades e injusticias que se cometen en esta sociedad inhumana en nombre de la palabra cultura. Entonces no sólo estás en el infierno, colaboras con él.
He aquí una época atrevida, irrespetuosa, invasora: de la Ciudad Industrial, ya en sí misma un infierno, hemos llegado, en doscientos años de historia de Occidente, a la Ciudad Cibernética, en la cual son violados cotidianamente los más elementales derechos humanos y constitucionales, como el derecho de elegir qué quiero ver y qué no quiero ver, qué quiero escuchar y qué no quiero escuchar; el sagrado espacio del individuo es ultrajado a cada instante por los mensajes audiovisuales: fotografías, imágenes, sonidos que te lanzan encima de tu aparato perceptivo como si tal cosa, como si tú no tuvieras el derecho de decidir acerca de ellos. Internet decide por ti.
Y no estoy hablando de la tonta discusión sobre si la tecnología es buena o es mala. De lo que se trata es de qué hacemos con ella, para qué la utilizamos, en otras palabras, lo que en lenguaje filosófico se conoce como Teleología: el reino de las causas finales, el para qué de las cosas. Y en un sistema capitalista avanzado la tecnología se utiliza para la alienación, para la paulatina pérdida de los valores humanos en aras del marketing, la producción, la competitividad y la obsesión generalizada por convertirlo todo y a todos en mercancías. Internet nos uniforma, nos da una sola forma.
Por eso, reivindicar otros lenguajes es luchar contra el monstruo al interior de sus mismas entrañas. Si la Internet se atribuye el derecho de bombardearme el día entero con sus mensajes alienantes, yo me atribuyo el derecho de responder con mensajes humanizantes. ¿Que no consigo nada con ello? Claro que sí: consigo la supervivencia del individuo, del ser de mi ser, y del tuyo, lector. Así me presto un servicio a mí mismo y a los demás. Sirvo al paraíso de nuestra aplazada humanidad.

Entendiendo el dolor/ Notas: 1

miércoles, 8 de agosto de 2018




El dolor es una experiencia que cada persona vive de manera única, pues diversos factores influyen en la percepción de este y pocas veces nos detenemos a pensar en las consecuencias que puede desencadenar en nuestra vida cotidiana, más allá de un malestar.
El dolor es una experiencia basada en una interacción compleja de procesos físicos y psicológicos que normalmente actúa como alarma para proteger el organismo de lesiones, es una sensación desagradable, de tipo subjetiva, puesto que cada persona tiende a interpretarlo de forma distinta, dependiendo del umbral doloroso, por ello, este proceso es individualizado, sin embargo, fisiológicamente conlleva una serie de reacciones que a través del sistema nervioso se transmite a información sensitiva hasta producir una reacción que se percibe como dolor.



TEMARIO 
  • Definición de dolor
  • Generalidades del dolor
    • Componentes del dolor
    • Características del dolor
    • Clasificación multisensorial de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (AISP)
  • Neuroanatomía del dolor
    • Sistema nervioso periférico
    • Sistema nervioso central
    • Vías de transmisión del dolor
  • Neurofisiología del dolor
    • Aspectos periféricos
    • Sistema de opiodes
  • Tipos de dolor
    • Según su intensidad
    • Según su cualidad
    • Según su localización
    • Según su origen etiológico

FUENTE:
Course Staff Image #1
José Luis Alonso
Académico e investigador especialista en terapia manual y el tratamiento del dolor. Trabaja como fisioterapeuta clínico, docente en la Universidad Europea de Madrid y docente asociado en IPETH.

Course Staff Image #2
Sandra Bravo
Licenciada en enseñanza de Educación Media Superior con maestría en Administración de Instituciones Educativas, diseñadora instruccional en el área de Educación en línea del Instituto Profesional en Terapias y Humanidades y asesora pedagógica de diferentes procesos educativos en nivel universitario, capacitación docente y educación en línea. 

MEREDITH MONK: EL ARTE EN LAS FRONTERAS

jueves, 26 de julio de 2018













Meredith Monk es compositora, cantante, realizadora de cine y directora-coreógrafa. Una pionera en lo que actualmente se denomina «técnica vocal extendida” y “performance interdisciplinaria”. Así es como suele presentarse a esta artista estadounidense, nacida en 1943 y que, a partir de su formación como música y bailarina ha sabido proyectarse a la totalidad del lenguaje escénico -sonido, imagen, movimiento- con una originalidad y vitalidad sorprendentes.

Meredith Monk pertenece a la cuarta generación de músicos de su familia. Según refiere ella misma, cantó antes de hablar y leyó música antes que palabras. Como era físicamente descoordinada, su madre la envió muy temprano a practicar la técnica Dalcroze, lo cual le abrió el camino de la danza moderna. Piano y composición fueron otros de los pilares de una educación artística variada y rica.

Ligada a las vanguardias que a partir de los sesenta involucraron a nombres de la talla de Cage, Cunningham y Rauschenberg, desde que se graduó en el Sarah Lawrence College ha creado más de 80 obras que conju- gan la música, el teatro, la danza y la imagen cinematográfica.




UN PLUS QUE ES UN MENOS

A la hora de ser abordada por la crítica, Meredith Monk ocupa un lugar difícil y siempre parece estar “del otro lado”: en el campo de la danza se la considera amablemente y se la despacha con prontitud como “mujer de teatro”, tal la caracterización de Jacques Baril en su libro La danza moderna; figura en los catálogos de música contemporánea junto a Cage, Nono y Berio, pero en algunos textos sobre música del Siglo XX no es siquiera mencionada.

Su arte puede considerarse erudito (de lo que suele llamarse música “clásica”) pero probablemente por su dedicación casi exclusiva al trabajo vocal, el uso de técnicas no convencionales y ciertos giros folklóricos, suena demasiado “popular”; por otro lado, el arte popular no le haría fácilmente un lugar en sus filas. Tampoco el teatro suele contarla como representante de alguna corriente.

Lo más aproximado sería decir que hace ópera, en el sentido wagneriano de “arte total”, aunque a la hora de reconocer influencias, ella evoca la ópera china y el teatro Kabuki. Por eso, hasta tanto el metadiscurso crítico no construya un espacio para lo interdisciplinario, la pluralidad de intereses y desarrollos estéticos, operará más bien como una falta, lo que hace que artistas como Meredith Monk resulten incómodos, para todos menos para ella misma, que avanza sin tregua en el intento de “derribar los límites entre disciplinas” y “restablecer la unidad existente entre música, teatro y danza”.



FRONTERAS

Un arte que no sólo trabaja en los márgenes, en las fronteras entre disciplinas, sino que desafía los hábitos estéticos, las categorías perceptivas ordinarias. Un canto que es dulce y pastoral tanto como áspero y chirriante, un cine no narrativo, que cuenta historias escapando sin cesar de la diégesis, con imágenes potentes y enigmáticas, una utilización del espacio no convencional, en el convencimiento de que todo lugar es bueno como escenario, escenario vivo que genera la obra misma.



EL HILO Y LA MADEJA

¿Cómo entrar a un discurso tan heterogéneo? ¿Debe el analista poseer una formación pareja en todos los campos? Y si no la tuviera: ¿está invalidado en su juicio crítico?
Solución provisional: imaginar un criterio común, un origen, aunque sea mítico, una cantera de posibilidades y recursos. 

En este caso, la música se presenta como la puerta de entrada al “universo Monk’; primera en el tiempo, como hemos visto, y también como principio ordenador: voz, movimiento (se danza en función de la música e, incluso cuando se lo hace en el silencio, en función de un ritmo interior), e imágenes, que también poseen una cualidad musical.


CUERPO, TIEMPO

Vibran las cuerdas vocales y resuena el cuerpo entero. La voz es materia en el aire. Ondas sonoras que se disparan en busca de contacto. Cuerpo granuloso, frágil e intenso. Sometido a contingencia, como todo lo que vive. El cuerpo de la danza se apropia de un espacio y lo lleva consigo en sus evoluciones: el suelo no es algo estático, muerto: el espacio es piso, aire, otros cuerpos y eventualmente objetos, todos vivos y vibrantes.

Si la voz y el cuerpo en movimiento se desenvuelven en el tiempo, también, claro está, la imagen cin- ematográfica. El cine es en esencia tiempo, pero paradójicamente, en Monk hay imágenes de suspensión: personas y objetos reposan en una quietud engañosa: cintas que flamean, alguna ondulación, el agua que pasa imperceptible nos dicen que hay devenir en la quietud. Perfectas metáforas de la eternidad.



ESPIRITU, MATERIA

A menudo suele decirse, con cierta ligereza, que la Música es la más abstracta de las artes. Se la relaciona con las Matemáticas, dada la lógica que guardan las relaciones interválicas, armónicas y rítmicas. Se pi- ensa básicamente en la composición escrita, olvidando que siempre hubo música que no se lee, sino que se transmite oralmente y se compone a partir de la ejecución muchas veces colectiva.

La improvisación, a la que trabajosamente accedió la música académica de este siglo, es patrimonio de otras culturas desde siempre, inclusive de la propia tradición occidental que la abandonó en los últimos siglos por el reinado de la partitura. Y si es cierto que la música tiene que ver con el pensamiento, lo in- material, “elevado”, de acuerdo a una topografía de los valores que nos es muy cara, no es menos cierto que es cuerpo, los pies en la tierra: no hay pueblo que no dance al compás de su música.

Y en relación con esta dicotomía de orígenes neoplatónicos que opone el espíritu a la materia podemos advertir cómo todavía hoy el lugar de la producción intelectual (la composición musical, por caso) está ocupado casi exclusivamente por varones, mientras que el papel tradicional de “musa inspiradora”, unido muchas veces al de intérprete privilegiada se adjudica a las mujeres, lo mismo que el de bailarina o actriz. Si discriminamos con sumo cuidado cada situación particular, pues no es idéntico el caso de la Literatura o la Plástica, veremos que a grandes rasgos, lo mental se considera patrimonio masculino y el cuerpo y la emoción esencialmente femeninos.



THE DANCING VOICE. THE VOICE AS FLExIBLE AS THE SPINE

Isadora Duncan, en un gesto inédito, se despojó de los maillots que aprisionaban a los bailarines de su época en favor de túnicas amplias de reminiscencias grecolatinas. Del mismo modo, Meredith Monk se desprende del corsé de la técnica vocai occidental: voz impostada, con vibrato y sin “aire” que se oiga, y mediante un proceso de deconstrucción se enfrenta con la libertad misma. Como si yendo por un estrecho corre- dor de pronto se desembocara en una inmensa explanada, así, de pronto, tiene el cantante a su disposición el repertorio entero de combinaciones articulatorias y toda la gama de registros y timbres de que es capaz la voz humana.

Si se piensa este proceso como de vuelta a los inicios, pues tiene mucho de experimentación con los sonidos, al modo de los niños cuando aprenden la lengua, no sería apropiado hablar de “técnica vocal extendi- da” (lo cual supone, por prejuicio etnocéntrico, una técnica “primera” que luego “se extiende»), sino de una pluralidad de técnicas que intentan agotar las posibilidades de un nuevo-viejo lenguaje.

La que sin duda se extiende es la voz, como el cuerpo de la bailarina que día a día se hace más flexible con ejercicios y disciplina. Exploración sobre fonemas y su combinación en sílabas, sobre saltos de registro (de los sobreagudos al infrasonido), velocidades varias, timbres nasales y guturales, sonidos guturales, gritos y gemidos, todo el trabajo metódico que por décadas ha llevado Meredith Monk junto a un grupo de intérpretes, es un verdadero festín para lingüistas, foniatras y músicos.



PASAPORTE

Incorporar lo que había sido prolijamente desechado por la técnica tradicional no hace más que darle pasaporte de música a lo que hasta ayer era “juego de niños”, y de música erudita a lo que era irremisiblemente “étnico”.



DESPLEGAR EL PARADIGMA EN EL SINTAGMA

Si todo arte es, en un sentido, experimental, lo de Monk es experimental en muchos sentidos posibles. Cuando escuchamos sus melodías parecemos asistir al proceso mismo de búsqueda y no a un mero resultado; vale decir: el producto es el proceso. Eso es particularmente evidente en Our Lady of Late, uno de sus trabajos musicales más minimalistas en el que, a partir de una nota “pedal” que da el roce continuo con el borde de una copa, la voz va desarrollando un conjunto de variaciones sobre un patrón que, en este caso, implica ir en forma gradual de lo igual a lo diferente por medio de unísonos, microtonos, iinervalos cada vez más grandes, etc.
Porque, hay que decirlo, aún en lo aparentemente aleatorio, se advierte un diseño, una arquitectura. Todas sus obras tienen sentido: saben a dónde van.



RUPTURA

Imposible no hablar de ese músico innovador y provocador que fue John Cage. Como sucede con Marcel Duchamp, por la radicalidad de sus propuestas y el cuestionamiento del concepto de obra artística (y por ende, de lo que llamamos Arte) hay un antes y un después de Cage. La valoración del silencio y el principio de aleatoriedad son contribuciones esenciales en el ámbito estético, no sólo musical. Y Meredith Monk es particularmente sensible a ese legado, que reformula de manera personal, con una actitud “blanda”, no beligerante, de pura positividad. En relación con el mayor o menor grado de espontaneidad -una de las problemáticas de la época-, sus performances parten de una estructura básica, una suerte de partitura fija con zonas para el juego y la improvisación. Dicha estructura tarda en consolidarse, y eso lleva un tiempo de investigación, pero ni bien se encuentra una forma, esta se mantiene. A su vez, cada actuación es irrepetible, un ejemplar único y fugaz.
Por otra parte, Monk recurre al distanciamíento que permite la imagen a fin de compensar la vulnerabilidad de la situación de escena, imperfecta -no terminada en sentido etimológico-: lo que está sucediendo y lo que ya sucedió; presente y pasado como dos planos superpuestos.



MINIMALISMO

Meredith Monk trabaja sobre el concepto minimalista de repetición y variaciones míninias: sobre un ostinato a cargo generalmente de un instrumento armónico -piano, órgano- o melódico -cello, copa- la voz va bordando dibujos de enorme creatividad. Pero el lujo de las intervenciones vocales la aleja del modelo minimalista, más austero. De alguna manera se advierte la tensión entre una voluntad de economía y la avidez de una voz que quiere abarcarlo todo.



LA ILUSIÓN DE LA TOTALIDAD

Vivir todas las vidas: ser niña, vieja, loca, varón, animal, máquina, antigua, contemporánea, futurista, ter- restre, galáctica, mística y mundana. El sueño del actor y del narrador cumplidos por intermedio de una voz que ronda la palabra, tangencial, y muy pocas veces se rinde a su influjo.




SOSPECHA DE LA PALABRA

En efecto: las obras de Monk carecen casi por completo de palabras. Las imágenes, los movimientos y sonidos las reemplazan, abriendo una pluralidad de significaciones siempre poéticas sobre cosas tales como la vida de una mujer (Education of the Girlchild), la inmigración (Ellis Island), la guerra (Quarry) o la vida urbana (Turtle Dreams).
A veces asistimos a misteriosas conversaciones en “idioma inventado”, como en Dolmen Music, en que se evoca a un mismo tiempo lo arcaico y lo futurista; a veces hay parloteo femenino, como en “Tablet” de Songs from the Hill, siempre con sonidos en los que resuenan fragmentariamente otras lenguas; otras veces se cuela algún término reconocible dentro de una melodía, como sucede en forma magistral en “Scared Song”, de Do You Be, en que las frases “I’m scared” y “She’s scared” aparecen y reaparecen angustio- samente, o cuando en forma irónica una mujer repite “I still have my allergys...my philosophy...” etc. (Education of the Girlchild).
Finalmente están los títulos de las obras, que guían la escucha, del mismo modo en que lo hacen el epígrafe de la foto o el nombre de un cuadro.



LA MUSICA ES IMAGEN

La música siempre se ha pensado en términos visuales: se habla de línea melódica, de textura, del color de una voz... Meredith Monk piensa su trabajo entero en términos de retratos y paisajes y, por ejemplo, habla de luminosidad o de transparencia, lo cual resulta particularmente acertado en relación con su obra.
Lo cierto es que resulta fácil al escuchar sus composiciones ver la voz como una línea que se mueve por impulsos y ondulaciones, y el conjunto de voces como un verdadero tapiz. Los sonidos manifiestan su cualidad plástica y pueden evocarse pictóricamente o, mejor aún, como esculturas en el aire


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ARQUEOLOGÍA

Hay una constante en la obra de Meredith Monk que tiene que ver con ir hacia atrás, a lo primario y a veces primitivo. Eso sucede con la técnica vocal, pero también es un tema recurrente. La infancia como etapa en el crecimiento del individuo (Education of the Girl child) y como comienzo de la cultura (Dolmen Music) coexisten en virtud de un “dadaísmo” musical que pone en escena la idea de que en la vida de cada ser se cumple el ciclo entero de la vida humana.
Por ello, si no fuera una banalidad, diríamos que las obras de Meredith Monk giran en torno de la vida, vida como ciclo en el que nacimiento y muerte, construcción y destrucción parecen tener un lugar y un sentido. Vida como sobreimpresión de niveles de experiencia: como observábamos en relación con las imágenes: lo que permanece y lo que transcurre, el pasado, el presente y el futuro, el sueño y la vigilia. A la niña se le opone complementariamente la mujer anciana, y a las situaciones de origen -infancia, inmigración-, situa- ciones de destrucción -guerra, plaga- o de culminación -orgasmo-.
En el film Book of Days (1988) la niña protagonista, habitante de una villa medieval, tiene visiones (de New York en la actualidad) que sólo una mujer loca, la “madwoman” es capaz de interpretar. Luego sobreviene la plaga y todos se refugian en sus casas. En el futuro-presente unos arqueólogos descubren los dibujos de la protagonista en el interior de su hogar. Búsquedas, espiritualidad, tono onírico, predominio de lo femenino (las palabras del hombre sabio del pueblo, una interpretación en términos religiosos, no conforman a la niña) hacen de esta obra un claro ejemplo de la estética “Monk”, por motivos y estilo.

La vida es viaje también, y como viaje, investigación. En la ópera Atlas (1991), la joven protagonista emprende una travesía “de conocimiento” junto a varios guías, y ese conocimiento va a revelársele como interior. En otro nivel, la investigación sobre la voz y el movimiento es también un viaje, pero por las profundidades de la emoción humana. Emotion es una palabra clave en los textos de Monk.
En resumen, el arte de Meredith Monk es religioso, por su cosmovisión espiritual y su búsqueda de un origen, de una totalidad perdida que podemos suponer reposa muy internamente como memoria de la especie y se manifiesta como ideal, “como aquello hacia lo cual tiende lo Real”. Sus últimas experiencias parecen explicitar más aún este carácter: grabaciones de Hildegard Von Bingen, la Abadesa compositora de música religiosa, composiciones de Música Sacra y hasta un Servicio Celebratorio (“non-sectarian worship service”) son algunos datos que confirmarían esta hipótesis.



DESILUSIÓN Y ESPERANZA

¿Cómo se conoce a alguien? En las reuniones previas a la escritura de este artículo surgió el debate acerca de la redacción en primera o en tercera persona, representantes, como se sabe, de una posición subjetiva o más impersonal respectivamente. Por deformación profesional no había siquiera pensado en usar la primera persona singular con que ahora escribo. Se adujeron razones personales que autorizarían un enfoque autobi- ográfico, lo cual es sin duda correcto, ya que es una muy buena razón haber conocido a la persona de la cual se habla y explicar su producción artística e intelectual a partir de los sucesos de su vida privada y pública.
La vida de alguien es un tesoro de causas para el que sabe leerlos. Sin embargo, podemos pensar que hay otros modos de conocimiento que trascienden lo espacio-temporal. El arte es una de esa maneras de tender puentes entre la gente. Todo lo que pude decir acerca de Meredith Monk ya fue dicho antes por otros y por ella misma, que combina el impulso productivo con la lúcida reflexión. Sin embargo, leer comentarios y ensayos no hizo sino confirmarme, ampliada y detalladamente, las ideas que habían surgido en contacto con su música.
Charles S. Peirce, extrañamente, da como ejemplo de ícono “el sentimiento provocado por una pieza de música considerada como representación de lo que el compositor quiso expresar”. Quiero creer que la música tendió ese puente que me hizo pensar que sabía de qué estaba hablando. Y que me interpeló en aquello que comparto con el resto de la Humanidad.



FICCIONES

Si, como dice Umberto Eco, es posible una ética basada en el cuerpo, de raíces naturales, quizá sea posible también que en el campo de la creación y de la percepción artísticas, más allá del enorme andami- aje simbólico que ha construido la civilización a lo largo de la Historia, haya un lugar irreductible en el que el trueno, la oscuridad, el rojo de la sangre, los latidos del corazón y lo alto y brillante del sol signifiquen por vez primera como un grito.

Mientras tanto, en el centro de un mar de metáforas, la voz erizada de Meredith Monk apunta directo al um- bral en que Cultura toca a Naturaleza: el cuerpo, la última frontera. 

(*) Este artículo fue publicado en Mujeres fuera de quicio (Marta Lopez Gil compiladora), Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2000.

Fuentes de información confiables.

lunes, 12 de marzo de 2018




Este documento de texto señala unas cuantas fuentes muy confiables de donde extraer información, con el fin explicito de cultivar el interés en la gente, despertar un México demasiado dormido, que esta deseoso de reclamar justicia por todos los atentados contra los derechos humanos y violación de las garantías individuales…



The Secret Covenant.

miércoles, 7 de marzo de 2018

"An illusion it will be, so large, so vast it will escape their perception. 

Those who will see it will be thought of as insane. We will create separate fronts to prevent them from seeing the connection between us. We will behave as if we are not connected to keep the illusion alive. Our goal will be accomplished one drop at a time so as to never bring suspicion upon ourselves. This will also prevent them from seeing the changes as they occur.

"We will always stand above the relative field of their experience for we know the secrets of the absolute. We will work together always and will remain bound by blood and secrecy. Death will come to he who speaks.

"We will keep their lifespan short and their minds weak while pretending to do the opposite. We will use our knowledge of science and technology in subtle ways so they will never see what is happening. We will use soft metals, aging accelerators and sedatives in food and water, also in the airThey will be blanketed by poisons everywhere they turn

The soft metals will cause them to lose their minds. We will promise to find a cure from our many fronts, yet we will feed them more poison. The poisons will be absorbed through their skin and mouths, they will destroy their minds and reproductive systems. From all this, their children will be born dead, and we will conceal this information. 

The poisons will be hidden in everything that surrounds them, in what they drink, eat, breathe and wear. We must be ingenious in dispensing the poisons for they can see far. We will teach them that the poisons are good, with fun images and musical tones. Those they look up to will help. We will enlist them to push our poisons.

"They will see our products being used in film and will grow accustomed to them and will never know their true effect. When they give birth we will inject poisons into the blood of their children and convince them its for their help. We will start early on, when their minds are young, we will target their children with what children love most, sweet things. 

When their teeth decay we will fill them with metals that will kill their mind and steal their future. When their ability to learn has been affected, we will create medicine that will make them sicker and cause other diseases for which we will create yet more medicine. We will render them docile and weak before us by our power. They will grow depressed, slow and obese, and when they come to us for help, we will give them more poison.

"We will focus their attention toward money and material goods so they many never connect with their inner self. We will distract them with fornication, external pleasures and games so they may never be one with the oneness of it all. Their minds will belong to us and they will do as we say. If they refuse we shall find ways to implement mind-altering technology into their lives. 

We will use fear as our weapon. We will establish their governments and establish opposites within. We will own both sides. We will always hide our objective but carry out our plan. They will perform the labor for us and we shall prosper from their toil.

"Our families will never mix with theirs. Our blood must be pure always, for it is the way. We will make them kill each other when it suits us. We will keep them separated from the oneness by dogma and religion. We will control all aspects of their lives and tell them what to think and how. We will guide them kindly and gently letting them think they are guiding themselves. 

We will foment animosity between them through our factions. When a light shall shine among them, we shall extinguish it by ridicule, or death, whichever suits us best. We will make them rip each other’s hearts apart and kill their own children. We will accomplish this by using hate as our ally, anger as our friend. The hate will blind them totally, and never shall they see that from their conflicts we emerge as their rulers. 

They will be busy killing each other. They will bathe in their own blood and kill their neighbors for as long as we see fit.

"We will benefit greatly from this, for they will not see us, for they cannot see us. We will continue to prosper from their wars and their deaths. We shall repeat this over and over until our ultimate goal is accomplished. We will continue to make them live in fear and anger though images and sounds. We will use all the tools we have to accomplish this. The tools will be provided by their labor. We will make them hate themselves and their neighbors.

"We will always hide the divine truth from them, that we are all one. This they must never know! They must never know that color is an illusion, they must always think they are not equal. Drop by drop, drop by drop we will advance our goal. We will take over their land, resources and wealth to exercise total control over them. We will deceive them into accepting laws that will steal the little freedom they will have. We will establish a money system that will imprison them forever, keeping them and their children in debt.

"When they shall ban together, we shall accuse them of crimes and present a different story to the world for we shall own all the media. We will use our media to control the flow of information and their sentiment in our favor. When they shall rise up against us we will crush them like insects, for they are less than that. They will be helpless to do anything for they will have no weapons.

"We will recruit some of their own to carry out our plans, we will promise them eternal life, but eternal life they will never have for they are not of us. The recruits will be called “initiates” and will be indoctrinated to believe false rites of passage to higher realms. Members of these groups will think they are one with us never knowing the truth. 

They must never learn this truth for they will turn against us. For their work they will be rewarded with earthly things and great titles, but never will they become immortal and join us, never will they receive the light and travel the stars. They will never reach the higher realms, for the killing of their own kind will prevent passage to the realm of enlightenment. This they will never know. 

The truth will be hidden in their face, so close they will not be able to focus on it until its too late. Oh yes, so grand the illusion of freedom will be, that they will never know they are our slaves.

"When all is in place, the reality we will have created for them will own them. This reality will be their prison. They will live in self-delusion. When our goal is accomplished a new era of domination will begin. Their minds will be bound by their beliefs, the beliefs we have established from time immemorial.

"But if they ever find out they are our equal, we shall perish then. THIS THEY MUST NEVER KNOW. If they ever find out that together they can vanquish us, they will take action. They must never, ever find out what we have done, for if they do, we shall have no place to run, for it will be easy to see who we are once the veil has fallen. Our actions will have revealed who we are and they will hunt us down and no person shall give us shelter.

"This is the secret covenant by which we shall live the rest of our present and future lives, for this reality will transcend many generations and life spans. This covenant is sealed by blood, our blood. We, the ones who from heaven to earth came."

"This covenant must NEVER, EVER be known to exist.

It must NEVER, EVER be written or spoken of for if it is, the consciousness it will spawn will release the fury of the PRIME CREATOR upon us and we shall be cast to the depths from whence we came and remain there until the end time of infinity itself."